Diana Teresita Mejía Barrera
Diana Teresita Mejía Barrera se afanaba en sus estudios desde niña, en su natal Hermosillo, Sonora, y cuando vino a Monterrey, a pasarse una temporada con su hermana, se enteró de que había una oportunidad –única en el país– de continuar su formación en una Universidad.
Teresita, la menor de tres hermanos, es egresada del Programa de Integración Social y Educativa (PISYE) de la Universidad de Monterrey, en donde aprendió valores, se desenvolvió en actividades como el teatro, la danza y los deportes, viajó en grupo –sin la compañía de sus familiares–.
“Yo sentía que ya necesitaba una universidad, porque dije: ¿cómo va a ser posible que yo no pueda entrar a una universidad? Y fui buscando, pero no me aceptaron en ninguna escuela (…) mi cuñado conocía la UDEM y yo quería estudiar en una Universidad y le pregunté”, relató.
Como alumna fue dedicada, participó en un Ensamble Musical junto con sus compañeros y viajó a Orlando, Florida, con el grupo de la UDEM, y a Aguascalientes para participar en un concurso de danza.
Vine (a la UDEM) con todos los ánimos del mundo y feliz por estar en este lugar”, expresó.
Georgina Barrera Moreno, madre de Teresita, narró que su hija terminó la primaria, la secundaria y la preparatoria, siempre con apoyo. “Se topó con muchos detalles que la dejaban ver a ella que era diferente a los demás, pero también ella sabía que podía salir adelante”, aclaró.
Después de sus logros educativos, requerían que ella continuara educándose y madurando.
“Nos hablaron del programa y vinimos a ver qué nos ofrecían, con tal suerte que sí, es un programa muy bonito, muy bien establecido, les ayuda muchísimo a ellos, a involucrarse con los demás alumnos y ver que ellos pueden salir adelante, que no nada más existen la casa, sus papás, que hay un mundo exterior y que tienen que enfrentarse con él”, indicó.
Barrera Moreno destacó que, al avanzar en sus estudios en PISYE, su hija comenzó a presentar cambios:
Ella empezó a ser diferente, a tener conversación, a poderse relacionar con más personas y a no tenerles miedo, lo que nos sorprendió mucho, pues sí nos gustó que ella madurara”.
Para Teresita, PISYE enseña a sus alumnos a “ser muy buenas personas, sería el primer valor para los que estamos en la UDEM”; a ella le gustaba ir a la escuela porque “ayuda a mucha gente a sentirse bien”, a sentirse segura, a tener clases integradas, a convivir con personas, ir a fiestas y al cine.
“Aquí te enseñan a expresarte en público cuando haces una obra, creo que es bueno para la gente que puede venir a expresarse, a convivir y platicar”, comentó. El programa le ayudó a tener una mayor independencia, aunque siempre tiene presente a su familia.
Teresita fue integrante de este programa pionero en su género en México, que ofrece a los jóvenes con discapacidad intelectual una propuesta de desarrollo formativo y académico, en un ambiente de convivencia universitaria, incluyendo actividades propias del modelo de formación integral de la UDEM.