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Proponen recuperar vínculos sociales como camino para la paz

28 Nov.2019
Author: UDEM
Credits: Archivo UDEM

La reconstrucción del tejido social a través de la recuperación de una identidad y de la vinculación con el colectivo son temas que aborda el libro Un camino para la paz, experiencias y desafíos en la Reconstrucción del Tejido Social, que fue presentado en la Universidad de Monterrey.

Para hablar sobre la publicación del sacerdote Jorge Atilano González Candia, director del Centro de Investigación y Acción Social de Jesuitas por la Paz, se reunieron especialistas en diferentes rubros, la noche del miércoles, en la Sala del Claustro Universitario, ante directivos, profesores y estudiantes de la UDEM y representantes de la sociedad civil.

Además del autor, el volumen fue presentado por Alejandra Fernández Garza, presidenta del Consejo del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño; Javier García y Justicia, director de la Escuela de Educación y Humanidades de la UDEM; y Pedro Juan de Velasco y Rivero, conferencista y facilitador del Centro Cultural Loyola Monterrey.

González Candia relató la forma en que iniciaron los primeros proyectos en México sobre Reconstrucción del Tejido Social, en los poblados de Cherán y Tacícuaro, en Michoacán, “pero el reto está en la ciudad”, asentó, “y creo que Monterrey va a aportar cómo se hace esto en la ciudad”.

El especialista afirmó que la violencia tiene que ver con una fractura social, que tiene que ver con un proceso de desvinculación social y existencial, y atribuyó el desarrollo de un proceso de separación a lo que llamó “el aceleramiento del individualismo”.  

“Lo que descubrimos es que la conducta se regula por los vínculos que se establecen y, al perderse esa vinculación, se pierden los sistemas que regulan la conducta, se pierde aquello que nos motiva a portarnos en esa tónica del buen convivir”, manifestó.

El sacerdote jesuita señaló que las desvinculaciones están generando traumas comunitarios y explicó que el trauma tiene que ver con una situación de amenaza, en la que, en lugar de apoyo por parte de las personas significativas para cada un individuo, se recibe indiferencia, engaños, maltrato o violencia.

“Eso generan experiencias traumáticas y dañan nuestras vinculaciones fundamentales, se distorsionan nuestros valores, se afecta nuestro sentido de pertenencia a un grupo o a un lugar, hace que perdamos memoria, la memoria sana o resiliente, y hace que nos hagamos agresivos o nos aislemos”, detalló.

González Candia aclaró que el tema del “trauma social” no ha sido lo suficientemente estudiado en comparación con el trauma individual y estableció que lo que pasa en una colectividad, cuando se desvincula, es que se dan también desvinculaciones semejantes a las individuales, pero que tienen afectaciones sociales.

De acuerdo con el investigador, otro de los problemas que genera la desvinculación se relaciona con los mitos comunes, ya que cada sociedad construye mitos sobre los cuales se organiza.

“Hoy han proliferado los mitos individuales, cada uno quiere tener su símbolo, su rito, su narrativa, y eso ha sido en detrimento de lo común, y la sociedad para organizarse, para funcionar, necesita el reconocimiento de cosas comunes, vemos que eso está deteriorado”, apuntó.  

González Candia afirmó que lo que ayuda a fortalecer los procesos de paz es el hacer “acciones simultáneas”: en la familia, en la escuela, en el barrio, en el gobierno, en la policía o en las iglesias.

“Las acciones simultáneas son las que nos permiten rehacer las acciones entre nosotros, recuperar el sentido de comunidad y eso es lo que nos va a permitir rehacer los sistemas que van regulando la conducta”, asentó.

En su intervención, Alejandra Fernández Garza señaló que uno de los principios más importantes para la restauración del tejido social es contar la historia de cada uno, escuchar la voz del otro y entender al otro.

“El proceso de la reconstrucción del tejido social es un largo proceso de diálogo e involucramiento de varios actores o de muchos”, expuso.

Agregó que lo que actualmente le pasa a la sociedad es que hay una casi total desvinculación y las claves para entender esta desvinculación actual son, primero, la pérdida de habilidades para la comunicación profunda, que ha conducido al debilitamiento de los vínculos comunitarios; y segundo, la pérdida de instancias a las cuales los ciudadanos puedan comunicarse, lo que ha facilitado la cooptación de los grupos armados.

“Para mí, esta es la otra esencia de la reconstrucción del tejido social: crear y generar vínculos y aclarar desconexiones (…), creo además que es también reencontrar nuestra identidad, que a veces se esconde (…); es solo trabajar para guardarla y tenerla con nosotros y dentro de nosotros”, sostuvo.

“Este proyecto que hemos ido aprendiendo, y que nos hemos dado cuenta que no es fácil porque se trata del cuidado del ser humano: no es hacer acción social, el RTS debe llegar a lo más profundo del ser, a su recomposición emocional, a su reconocimiento personal, a su reintegración familiar, social y a su comunidad”, apuntó.  

En un mensaje inicial del evento, Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral de la UDEM, señaló que el libro presenta las experiencias y aprendizajes que surgen de la implementación del modelo en estas comunidades y nos orientan sobre cómo afrontar de la mejor manera las causas culturales y estructurales de la violencia.

La directiva universitaria informó que, en la UDEM, durante los últimos meses, 80 participantes se han capacitado para implementar el modelo en diversos proyectos para la reconstrucción del tejido social en la entidad.  

“La UDEM está aprendiendo esta metodología y tiene como propósito implementarla en sus proyectos de servicio a la comunidad”, estableció.

Tags: Sociedad

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