Se abarrotaban… y quedaron vacíos ante la pandemia
- Karina Astorga Carrasco, directora del Hub de Emprendimiento de la Universidad de Monterrey; y Roberto Elizondo, director comercial de MR Producciones y exalumno de Prepa UDEM, ofrecen sus puntos de vista sobre la situación que atraviesa la industria del entretenimiento y de los eventos masivos ante el confinamiento por el COVID-19.
A lo largo de la contingencia sanitaria, se produjeron cambios sociales, laborales, profesionales y comerciales: una parte de las empresas adoptaron el teletrabajo para no detener sus labores y el comercio debió migrar a entornos digitales o nuevas formas de relacionarse con sus clientes.
Pero hay un sector de la economía cuyo modelo de negocio cambió radicalmente de la noche a la mañana: sus graderíos, sus butacas y sus salones se vaciaron y tuvieron que cerrar o redefinirse para sobrevivir.
Es lo que se llama la industria del entretenimiento y de eventos masivos, la que hasta antes de la pandemia tuvo una demanda “bastante interesante”, como lo describe Roberto Elizondo, director comercial de MR Producciones y exalumno de Prepa UDEM, quien afirmó que Monterrey fue un punto de referencia que llegó a tener, en algunas ocasiones, más eventos realizados al mismo tiempo que la Ciudad de México.
A partir del confinamiento por el coronavirus, conciertos masivos, espectáculos artísticos como el teatro o eventos deportivos como en los estadios de futbol o los Juegos Olímpicos –ante la disyuntiva de postergaciones y de cancelación definitiva– fueron trastocados de diferentes maneras.
Karina Astorga Carrasco, directora del Hub de Emprendimiento de la Universidad de Monterrey, reconoció que, en este sector de la industria, las pérdidas han sido millonarias y se ha incrementado el desempleo.
“Nos ha tocado ver diferentes adaptaciones: en unos casos se están reconvirtiendo en otro tipo de negocios de forma temporal para subsistir; en otros, han adoptado la virtualidad, aunque, definitivamente, no es la misma experiencia y disminuye de forma significativa la monetización y el impacto económico”, advirtió.
La catedrática señaló que diferentes negocios se han acercado al Hub de Emprendimiento de la UDEM, como salones de fiestas o de espectáculos, pero las opciones que tienen solo son la adaptación o el acotarse a los ingresos limitados cuando se permite la apertura de cuando menos el 20 o el 30 % de asistencia.
Incluso, alternativas como la digitalización de los espectáculos, al menos son una manera de obtener flujo para que se mantengan avante ese tipo de negocios”, expuso.
En un esfuerzo por sobrevivir, durante la pandemia, muchos circos eliminaron las gradas y permitieron que ingresaran vehículos, como los autocinemas; el grupo de rock Moderatto organizó un concierto en este estilo en la Ciudad de México.
Otra de las adaptaciones son el servicio a domicilio de equipos o espectáculos para fiestas familiares, cuidando el protocolo permitido de salud, en lugar de hacer el convivio en los salones; el servicio incluye desde DJ o espectáculos, hasta equipos de alimentos y bufete, según lo comentó Astorga Carrasco.
“Esta es una de las áreas que ya se venía dando, pero no había tenido ese incremento significativo; hoy se incrementó la demanda y esa demanda está aquí para quedarse, será parte de nuestra vida diaria a casi un año de esta pandemia”, indicó.
Sin embargo, algunas empresas familiares han tenido que reconvertirse o cambiar de giro, comentó la profesora de la UDEM, como una empresa de espectáculos que buscó manufactura de China de materiales médicos, capacitó a los empleados que tenía y ahora es uno de los principales proveedores de farmacias.
“NO ES LA MISMA EXPERIENCIA”
Monterrey destacaba como una plaza fuerte para los espectáculos masivos; los espacios con los que cuenta lo avalan: primero, fueron Cintermex, el Parque Fundidora, la Arena Monterrey y el Centro Convex; después, Pabellón M y el Showcenter Complex, de acuerdo con Roberto Elizondo.
“Monterrey había tenido una demanda bastante fuerte en donde podías encontrar los cuatro o cinco recintos de la ciudad llenos con espectáculos al mismo tiempo; la referencia que se tenía era tener una cantidad de eventos fuertes, grandes, llenos y exitosos”, comentó.
Cuando surgió el COVID-19, continuó el ExaUDEM, este giro de negocios se convirtió en una de las industrias más perjudicadas y que realmente conllevó al daño económico no solamente en inversionistas y productores, sino de todo el cuerpo técnico, de toda la parte operativa del espectáculo que participa.
“Ya sean meseros, operarios, contadores, tramoyistas y todos los que participan para que se puedan realizar los eventos a cualquier escala, son miles y miles de personas que durante un año han estado sin trabajo, al grado de que hay artistas que no tienen dinero y andan de taxistas o vendiendo comida”, relató.
En opinión de Elizondo, la opción de la virtualización, a la larga, no es sostenible, porque los ingresos de asistencia en persona son mayores a lo que se puede reunir por una transmisión, aunque lo vean miles de personas a nivel internacional: “nunca va a llegar a lo que un estadio o una Arena Monterrey en ingreso de boletos te puede dejar”.
Para dar una idea: en la plazoleta Fórum, atrás de la Arena Monterrey, en un concierto de bachata o de reggaetón ingresan hasta 35 mil personas en los 20 mil metros cuadrados que mide la explanada, pero en un intento que hicieron en junio de 2020, cuando se suponía que la pandemia iba a terminar, se calculó una entrada de 700 a 900 vehículos, que representaban solo el 12 % de la asistencia total, “pero el artista no va a cobrar el 12 % de lo que cobra”.
El Festival Pal Norte –que llegó a tener entre cien mil y 150 mil espectadores– ha lanzado una edición de forma virtual, pero espectáculos a nivel internacional, como el Cirque du Soleil, se han visto ante la posibilidad de tener que cerrar, a pesar de ofrecer la opción de funciones por internet, como lo constató Elizondo, mientras que la actividad en Las Vegas está totalmente detenida, lo cual está generando grandes pérdidas y muchas empresas están a punto de la quiebra.
Para el promotor regiomontano, es una industria que no se va a modificar fácilmente y las sustituciones o adaptaciones que se hagan no han logrado devolver la fortaleza a sus negocios.
Es una industria que, por más innovación que se quiera buscar de manera virtual, no es próspera; además, para el público, no es la misma experiencia estar en un espectáculo en vivo (que verlo por internet)”, expuso.
“Una cosa es escuchar cantar al artista (por internet) y otra es verlo presencialmente, ver a los bailarines, las luces, las pantallas y efectos especiales que se hacen durante el show, que lo convierten en un espectáculo; obviamente, en los conciertos virtuales se pierde esa magia, la euforia y adrenalina que se siente no es la misma”, explicó.
LA OPCIÓN VIRTUAL
Astorga Carrasco descartó que esta industria en su forma presencial desaparezca, porque “es parte importante de las necesidades del ser humano”, aunque deberá adoptar medidas estrictas de seguridad sanitarias.
Por otro lado, la digitalización abre nuevas alternativas para ver este tipo de espectáculos, como el teatro, según la profesora de la UDEM, porque ha eliminado barreras internacionales, por lo que supone que una parte de la industria se va a quedar en este esquema de la virtualidad, sobre todo, con lo que se busca: el tener acceso a más espectáculos internacionales.
“Eso ha conectado a los seres humanos y enriquecido la creatividad en el diseño de este tipo de experiencias; hay cambios importantes en todas las industrias y, en esta en particular, se abre este panorama que anteriormente no era ni opción”, destacó.
Elizondo afirmó que hay un sector de esta industria de eventos masivos que podría migrar definitivamente o en su gran mayoría a la virtualización, que son las convenciones nacionales de empresas, congresos, reuniones de organizaciones y conferencias, quienes se ahorrarán el costo de pasajes, hoteles y alimentos.
“Este año, por la pandemia lo hicieron virtual, muchas empresas han creado escenarios virtuales con multipantallas; para ese formato de eventos, creo que sí van a funcionar a largo plazo, porque para traer a tanta gente del mundo al país, te gastas millones de pesos y hacerlo virtual sale más barato, cada quien lo ve desde su casa y hasta se queda grabado por si no lo pudiste ver”, mencionó.
Astorga Carrasco afirmó que las principales lecciones de esta pandemia son el replanteamiento de las relaciones sociales y que la supervivencia de todo negocio ante la adversidad está en la adaptación: está comprobado que, ante las disrupciones, posteriormente viene un crecimiento muy significativo.
“Es tiempo de replantearse su propósito, abrirse a nuevas formas de entregar su espectáculo, su valor al segmento, y es la manera como van a poder aprovechar esta ola que viene después de una situación tan retadora en el mundo”, apuntó.
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