Alberto Marcos del Rey
“Tengo 53 años y estudié Licenciado en Ciencias de la Información y Comunicación en la UDEM. Mi negocio se llama Ëskua (palabra purépecha que significa ‘mirar hacia el cielo’) y somos una casa productora de multimedia. Estudiar comunicación fue una estupenda decisión en mi vida, adoro mi trabajo”, nos compartió Alberto Marcos del Rey (LCIC'88).
“Soy muy extrovertido, metódico, me apasiona investigar y me encanta que la gente se ría. En mi tiempo libre, además de disfrutarlo con mi esposa Rosamelia y mi hijo Jerónimo, mi pasión es el teatro, sobre todo actuar y escribir. Todo lo referente al arte me apasiona y transportarlo a mi oficio es un placer”, afirmó Alberto.
Lo que me inspira es el poder disfrutar este oficio, porque comprendí que todo tiene una esencia, y que esta es motivo de análisis. Al preguntar, investigar, recordar, comparar, imaginar y, finalmente, al construir con imágenes una historia se desbordan las opciones. Lo importante es empezar, apasionarte y saber controlar tus impulsos siempre en beneficio del mensaje que se quiere transmitir”.
Tras más de 20 años en el negocio, su experiencia se ha expandido al trabajar en proyectos para gobierno, iniciativa privada, asociaciones civiles, publicidad, arte: “Ëskua me ha llevado a conocer y documentar más de 50 países. Hemos trabajado con infinidad de empresas, particularmente con British American Tobacco, con quien tenemos una excelente relación laboral. Nuestra alma mater, la UDEM, sigue presente año con año involucrándonos en diversos proyectos, como cuando fue la inauguración del CRGS".
“El videomapping de la UDEM definitivamente puso a prueba nuestra experiencia. Empezamos por lo esencial, ¿Quién es Roberto Garza Sada?, ¿Quién es Tadao Ando?, ¿Qué es el CRGS?, ¿A dónde va la UDEM?, y entonces empezó el proceso, conformamos un equipo multidisciplinario y le empezamos a dar vida a las ideas. Nuestros días y noches se convirtieron en CRGS hasta que llegó la musa, y fue precisamente ella el motivo”, nos compartió Alberto.
“En ocho minutos recorrimos desde la creación del hombre, pasando por los grandes inventos de la humanidad hasta llegar a la edificación del CRGS".
Durante el proyecto se enfrentaron a muchos retos que conforme avanzaron, resolvieron con éxito: “Recuerdo una idea de Carlos de mandar hacer una pecera con las proporciones del CRGS. Quedó idéntica y fue con ella que resolvimos con acción viva, la ilusión de que el CRGS se llenaba de agua”, afirmó Alberto.
“Teníamos muy claro que nuestro compromiso era narrar una historia acorde con el CRGS, no se trataba de un juego de 'efectitis'. Eso nos llevó a todos a apegarnos al guión. Gracias al talento de Arturo Rodríguez y su música, a todos los artistas que nos apoyaron y a la gente de la UDEM que confió y nos apoyó, el proyecto cumplió su propósito”. Al ver el proyecto hecho realidad, todo se convirtió en una mezcla de emociones: “Es como ver algo en otra dimensión. De hecho el día del ensayo general no sentí nada. Fue muy extraño. Pero todo cambió el día de la inauguración, me dediqué a observar a la gente mientras miraba la proyección, vi sus rostros, oí sus aspavientos y al final escuché los aplausos y “vivas"...Me quebré", puntualizó Alberto.