Todos los nutrientes son importantes para los niños
El deber de los niños es jugar, correr, saltar y, en general, divertirse, pero nuestro país cada vez más aumenta el número de quienes no pueden hacerlo a causa de una mala nutrición.
De acuerdo a datos recopilados por la UNICEF, en México uno de cada 20 niños menores de cinco y uno de cada tres entre los seis y 19 años presentan sobrepeso u obesidad, mientras que uno de cada ocho niños menores de cinco años padece desnutrición crónica.
Lo que todos ellos tienen en común es que no están obteniendo los nutrientes necesarios para su desarrollo normal por medio de su alimentación, lo que puede tener consecuencias graves en su salud, a corto y largo plazo.
Idalia Caballero Cantú, directora de la carrera y del departamento de Nutrición de la Universidad de Monterrey, señala que una mala alimentación conlleva muchas consecuencias negativas, no solo físicas, sino también mentales, sociales y emocionales. Por lo que no se puede prescindir de ningún nutriente.
Sí los niños tienen una mala alimentación no solo los lleva a un retraso en el crecimiento, sino que los conducirá a un menor desarrollo de habilidades cognitivas como atención, memoria y aprendizaje“, advirtió la especialista.
Describió que cada nutriente tiene una capacidad especial, como por ejemplo la glucosa, que es el principal combustible de energía del cerebro, ayuda a promover la atención, la memoria, la concentración y el aprendizaje, y ácidos grasos poliinsaturados como el omega-3 y 6 protegen contra el estrés oxidativo de las células, por lo que inducen ciertas habilidades de aprendizaje en los niños, de igual manera los aminoácidos esenciales.
“Para un desarrollo cerebral adecuado, se requiere de la ingesta de macro y micronutrientes, la disponibilidad de oxígeno, así como una apta gestación. También, es fundamental la interacción social y estimulación sensorial del niño, ya que éstas conductas promueven un alto desarrollo cognitivo”, agregó la directora de carrera.
Hizo hincapié en la importancia de las proteínas en la formación y reparación de tejidos, por lo que un déficit proteico alteraría el desarrollo cognitivo, mientras que “una dieta saludable conlleva a una mayor transmisión de señales neuronales que conducen al desarrollo psicomotor del niño”. De igual manera, la falta de minerales como hierro y yodo, así como la vitamina A y el ácido fólico, tiene repercusiones negativas neurológicas.
Agregó que una desnutrición crónica puede provocar manifestaciones psicopatológicas como déficit de atención, trastornos de ansiedad, síndrome de fatiga, depresión, entre otros males. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que el ambiente social también tiene un impacto en el estado nutricional del niño y, por lo tanto, en su neurodesarrollo.
Los nutrientes tienen un rol importante en el desarrollo cerebral, por lo que un niño se debe alimentar sanamente, incluso desde la gestación. Si un niño consume los nutrientes suficientes podrá tener mayor energía, un gran desarrollo de habilidades, un mayor crecimiento y una mayor productividad. Los nutrientes forman parte de las regulaciones metabólicas y enzimáticas que van en relación con el neurodesarrollo”, señaló la nutrióloga.
Por lo anterior, la Universidad de Monterrey forma parte de la estrategia Hambre Cero Nuevo León, por medio de la cual se busca que las más de 160,000 personas que en el estado no tienen recursos suficientes para comer lo necesario, de acuerdo con cifras oficiales, obtengan lo necesario para tener una alimentación adecuada, por medio de acciones coordinadas e innovadoras de la academia, Gobierno, sector privado y sociedad civil organizada, con el apoyo de la ciudadanía. Para más información consulta www.hambreceronl.mx
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