Prevé que México tendrá en 2024 el reto de acelerar la recuperación económica
- José Efrén Cornejo Garza, director de la Licenciatura en Economía de la Universidad de Monterrey, ofreció un panorama de la economía mexicana para 2024
El Gobierno de México continuará teniendo un gran reto para este 2024, un año de incertidumbre económica y política, ya que no solo se trata de estabilizar la inflación, mantener el crecimiento y la fortaleza de la moneda nacional, así como disminuir el desempleo, sino de acelerar la recuperación económica, afirmó José Efrén Cornejo Garza, catedrático de la Universidad de Monterrey.
El director de la Licenciatura en Economía de la UDEM señaló que 2024 “pinta para ser un año con dificultades, a las cuales se añadirá el escenario político, pues se verá el desgaste en la guerra sucia entre el Gobierno federal y los candidatos a la presidencia de México, lo que incrementará, sin duda alguna, el gasto público asistencialista que permita un mejor escenario para MORENA rumbo a la elección”.
En 2023, se logró un pequeño crecimiento económico, siendo ya el tercer año consecutivo, sin embargo, en términos per cápita, esta recuperación apenas ha alcanzado para regresar a los niveles prepandemia”, indicó.
Para Cornejo Garza, al entrar este 2024, la situación del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania sigue incierta; la economía china, con riesgos en su calificación crediticia; Japón, asolado por el reciente terremoto; y Estados Unidos, con los riesgos de una desaceleración y la incertidumbre por el resultado de las elecciones presidenciales, podría alterar la política actual hacia México.
“Es evidente que se prevé una ligera desaceleración en el ritmo de crecimiento económico, a pesar del nearshoring que beneficiará a México, y que además será un año con relativa abundancia de un elevado gasto público por los comicios presidenciales de junio próximo, lo cual manifiesta un temor de los inversionistas ante el resultado aún incierto que estas elecciones puedan derivar y su consiguiente mantenimiento o viraje de la política económica”, expuso.
Cornejo Garza estableció que esta reacción, aunada a la incertidumbre mundial, dará por resultado un año de un relativo freno a la actividad económica en México.
Agregó que mientras en 2023 la tasa de crecimiento del PIB se prevé deberá terminar en alrededor de 3.37 %, el pronóstico para 2024 es de apenas 2.18 %, según la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado que recolecta Banxico, similar a lo previsto por el FMI con un 2.1 %, en tanto que el Banco Mundial y la CEPAL son más cautos en sus pronósticos al ubicarse entre 1.8 % y 1.9 %, siendo la OCDE y la SHCP los más optimistas con escenarios entre 2.5 % y 2.6 %.
En cuanto a la inflación, mencionó el profesor de la UDEM, en 2023, este rubro se corrigió de una manera importante cuando a inicios del año se preveía fuera el dolor de cabeza de la autoridad monetaria; sin embargo, a pesar de esta corrección, el objetivo de la política monetaria sigue sin cumplirse.
La expectativa es que la inflación en 2023 cierre en 4.57 %, por encima de la meta oficial del 3 % y un punto porcentual, ya sea de más o de menos.
Para el 2024, según Cornejo Garza, el pronóstico ubica la inflación en niveles de 4.01 %, lo que manifiesta que esta variable seguirá a la baja, acercándose cada vez más a la meta; sin embargo, la expectativa de grandes cantidades de circulante en el país, a raíz de los apoyos económicos que los diferentes partidos políticos brindan a la ciudadanía en aras de conseguir su voto, supondrá un factor de riesgo que haría que la cifra estimada pudiera revisarse al alza.
“Aunque se prevé que la tasa inflacionaria pueda reducirse, seguirá manifestándose como un problema latente para la economía mexicana, debido a la existencia de factores internos y externos: por el lado interno, principalmente el factor electoral, así como el debilitamiento de las estructuras de las cadenas de suministro, en tanto que, por lo exterior, la incertidumbre en la evolución de la economía norteamericana y la china, así como el conflicto bélico en Europa”, sostuvo.
El directivo universitario destacó que la tasa de interés “se ha vuelto un instrumento de política monetaria extremadamente riesgoso”: por un lado, es necesario que se utilice para mitigar una posible fuga de divisas, pero al mismo tiempo impone un freno en el crecimiento económico.
Agregó que las tasas de interés podrían experimentar una eventual caída, pero estas seguirán siendo altas para finalizar el año.
Por otro lado, Cornejo Garza especificó que la fortaleza del mercado laboral podría verse beneficiada gracias al nearshoring y a las elecciones presidenciales, aunque esta no necesariamente se verá reflejada en una disminución en las cifras de desempleo, ya que esta recuperación podría estar derivando hacia una economía informal o de empleos temporales.
“Además, los crecientes costos laborales por la mayor aportación de la cuota empresarial para la seguridad social y el reciente incremento del 20 % en los salarios mínimos y profesionales juegan en contra”, apuntó.
Adicional a esto, el economista subrayó que se visualiza un empeoramiento de los rubros de balanza comercial y cuenta corriente, lo que significará una mayor salida de divisas hacia el exterior, que no podrá ser compensada con la entrada de remesas, en tanto que la inversión extranjera directa podría crecer alrededor de 2,100 millones de dólares gracias al nearshoring.
Por último, ante la proximidad de las elecciones y al interés de la actual administración de preservar los fundamentos de la Cuarta Transformación, es previsible un aumento importante en el rubro del gasto público, lo que presionará a la inflación.
“Seguramente, se verá en la urgencia de terminar los proyectos de infraestructura insignia del actual Gobierno federal”, pronosticó.