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Abordan en Cátedra Fundadores el papel del liderazgo en la UDEM

17 Oct.2024
Autor: UDEM
Créditos: Archivo UDEM
  • Representantes de las cinco congregaciones religiosas fundadoras de la Universidad de Monterrey se reunieron en un panel para analizar el papel de los liderazgos entre la comunidad universitaria, dentro de la Cátedra Fundadores  


Para reflexionar sobre las diferentes características del liderazgo que debe guiar a la comunidad UDEM, se realizó el panel de la duodécima edición de la Cátedra Fundadores, Liderazgo en la UDEM, Inspirando y transformando

La mesa de análisis se desarrolló la mañana de este martes, en el Teatro UDEM, con la participación de sor Carmen María Robledo Martínez, representante de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado; el hermano Carlos Castañeda Casas, representante de los Hermanos Lasallistas.

Asimismo, el hermano Agustín Acevedo Sánchez, representante de los Hermanos Maristas; la madre Patricia Robles Vela, representante de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe; la hermana Connie Mateos Brito, representante de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús; y el rector Mario Páez González, como moderador.  

En el espacio del Centro para la Comunidad Universitaria, se reunieron vicerrectores, directivos académicos, docentes y estudiantes de la Universidad de Monterrey. 

En su mensaje, el rector Páez González invitó a reflexionar sobre el liderazgo al que está llamada la comunidad UDEM, que debe comenzar con un liderazgo personal, siguiendo el ejemplo de Jesús, considerando que la mejor manera de influir es siendo un testimonio auténtico de esfuerzo y dedicación para ser la mejor versión de cada quien: “solo así podremos inspirar y generar un impacto positivo en quienes nos rodean”. 

Asimismo, tenemos un compromiso con el liderazgo institucional y una gran responsabilidad como universidad humanista; la UDEM se distingue por ejercer un liderazgo de servicio, y cada uno de nosotros debe contribuir con determinación y compromiso para transformar nuestro entorno; las acciones, ya sean grandes o pequeñas, definirán el futuro de nuestra comunidad y el impacto que generaremos”, afirmó.

La madre Robles Vela señaló que la influencia de Santa María de Guadalupe en el país es enorme y de gran valor, no solamente religioso, sino también cultural, y que es necesario recordar también que ella es quien llegó a traer a Jesús a los mexicanos.

“Desde las apariciones de Santa María de Guadalupe, podemos hablar de cómo ella se presenta ante un pueblo herido por situaciones económicas y políticas; aquí vemos cómo encuentra al otro, cómo se encuentra con Juan Diego cuando se presenta en el cerro del Tepeyac (...) yo, como colaborador, como líder, cómo me encuentro con el otro, cómo lo recibo; ¡qué importante es para los líderes conocer los nombres de sus colaboradores, conocer las necesidades más urgentes!”, expresó. 

Agregó que la virgen de Guadalupe conoce las necesidades de San Juan Diego, a quien le devuelve una dignidad que solamente de parte de ella podía recibir: el valorarlo como persona. 

“¿Cuántas veces los líderes no agradecemos, decimos con los niños en la escuela, las palabras mágicas: ‘gracias’, ‘por favor’? Nuestra actitud de gratitud es importante como colaboradores y como líderes”, subrayó.

La religiosa de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe explicó que la virgen llegó a dar el ejemplo de misericordia, de ternura, de compasión, de sentir lo que siente el otro, de hacer de Juan Diego precisamente un mensajero, un mensajero que lleva su mensaje.

“Como miembros de esta comunidad universitaria, el liderazgo que se ejerce es ejemplo de Santa María de Guadalupe, con esa escucha, con esa compasión, con ese ejemplo, con ese sentirse parte del otro (...) tanto alumnos, administrativos, directores, vicerrectores, rectores, las actitudes de María de Guadalupe es principalmente la escucha, la compasión, la humildad, el interesarse por el otro de tal forma que llegue a cumplir su objetivo, su misión”, apuntó. 

Por su parte, sor Carmen María Robledo Martínez señaló que una de las características a destacar del liderazgo debe ser la sencillez, entendida como un rasgo del humanismo: “podemos ofrecer un liderazgo que sea asertivo, no un liderazgo en el que traes como una rienda y un fuete”. 

“Para los líderes, los coordinadores, los vicerrectores, yo les diría: acuérdense que son humanos, que también un día se les hace tarde, que no entregan a tiempo el programa, yo sí les diría a los coordinadores: faciliten las cosas, porque cuando las hacemos difíciles con tanta estrategia, pues perjudicamos la relación”, enfatizó.   

La hermana Connie Mateos Brito destacó la necesidad de partir de la realidad, sea el rol que se tenga en la Universidad, pues no es posible ejercer un liderazgo sin conocimiento de la realidad más cercana y la más lejana, o si no hay una conciencia de esa realidad. 

“Nosotros hablamos mucho de escuchar con el corazón; no es lo mismo escuchar solo con el oído, escucha con el corazón, es decir, qué está pasando, y escuchar las distintas voces y, luego, dejarte afectar, que toque tu corazón, ¿por qué?, porque ahí es donde habla Dios, al corazón”, mencionó. 

La representante de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús exhortó a los líderes de la comunidad universitaria a escuchar la realidad, a dejarse afectar por la realidad, estar abierto y abierta a las distintas voces.  

“¿Qué hizo Jesús?, se dejó afectar por la realidad, le dolió la realidad y actuó en consecuencia, pero tuvo un periodo ahí de remedio, que eso también es una actitud de liderazgo que les sugiero ejercer en silencio… la pausa, cuidado con las reacciones inmediatas, escucha desde el corazón, déjate afectar, haz una pausa”, aconsejó. 

Esta pausa, de acuerdo con Mateos Brito, conducirá a un discernimiento para poder decir: “por aquí nos está impulsando el Señor, por aquí nos está invitando a continuar”. 

Mientras que la última actitud como líderes, recomendada por la religiosa, es el sentido del humor: “la alegría, la capacidad de gozo, el poder destensar una reunión que está siendo cada vez más difícil con una broma, o sea, reírnos de nuestros errores”. 

En su turno al micrófono, el hermano Agustín Acevedo Sánchez afirmó que liderar es ser “radicalmente humanos”, como lo hizo Jesús, “y, por radical, no quiero hablar de extremos, quiero hablar de raíces: liderar es vivir enraizado en la confianza en la vida”. 

El representante de los Hermanos Maristas indicó que, más allá de lo que los estudiantes recuerden con el tiempo aquello que estudiaron, lo que con seguridad recordarán es la forma en que fueron tratados, por lo que una de las mejores actitudes que se puede vivir es la gratitud.

Esta última cualidad, sumada al valor de la ternura por los demás, la amabilidad con la que alguien se relaciona y el servicio, ofrecerán la posibilidad de vivir “un profundo proceso de humanización”. 

“Somos personas heridas que nos acompañamos en los procesos de curarnos, de caminar juntos”, estableció. 

Acevedo Sánchez recordó que, desde la fundación de esta casa de estudios, las jerarquías entre los miembros de la comunidad solo reflejan mayor grado de responsabilidad y mayor grado de servicio. 

“Y que el que sea mayor entre nosotros sea el servidor de todos; todos pertenecemos a esta Universidad, cada uno con funciones diferenciadas; requiere establecer límites, alcances, funciones, estrategias, dimensiones, documentos, visiones, es cierto, que nos ayuden para una mejor convivencia, formación e inspiración”, asentó. 

El hermano Carlos Castañeda Casas hizo notar que la primera implicación para el liderazgo es “tener los pies sobre la tierra” y destacó la relevancia de no perder ese contacto con la realidad ni con la capacidad de asombro. 

“No normalicemos los problemas ni las cosas, que en ocasiones sucede. Segunda implicación para liderazgo: descubrir a la luz de la fe la misión hoy, aquí con estas personas, con esta realidad, eso que nos ha impresionado lo leemos a la luz de la fe”, señaló.

La tercera implicación para el liderazgo, según el religioso de los Hermanos Lasallistas, es la respuesta concreta. 

“Es el ver, es el juzgar y es el actuar haciendo énfasis que el juzgar es a la luz de la fe; explorando, entonces, cuál es el plan salvador de Dios y poniéndonos en disposición de colaborar con ese plan de manera muy pertinente, de manera muy efectiva, de manera radical”, sostuvo.  

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