Innova equipo de la UDEM al transformar sargazo en biotextil sostenible
Créditos: Archivo UDEM
- Un equipo de alumnas de los programas académicos de Diseño de Modas y Diseño Industrial de la Universidad de Monterrey obtuvieron el primer lugar en el Premio Inédito Universitario 2024, otorgado durante la ceremonia de Design Week México
Transformar un problema ecológico en una solución creativa fue el mérito que llevó al proyecto Herencia a obtener el Premio Inédito Universitario 2024, reconocimiento que distingue las propuestas más originales del diseño mexicano.
El trabajo multidisciplinario convirtió el sargazo —un residuo marino que afecta gravemente las costas del país— en un biotextil funcional, abriendo posibilidades para la moda y el diseño industrial bajo un modelo de economía circular.
El galardón fue entregado el pasado viernes 5 de diciembre en la Ciudad de México, durante la ceremonia de Design Week México. Daniela Estrada, directora del programa de Diseño Industrial, recibió el premio en nombre de la UDEM.
En este marco, el equipo de estudiantes de la Universidad de Monterrey recibió el primer lugar por su propuesta, que incluye un vestido y una silla plegable elaborados con el biomaterial, asegurando además su exposición en el prestigioso Espacio CDMX.
El proyecto ganador, titulado Herencia, se destacó por ser un conjunto de dos piezas principales, desarrollado en una colaboración sin precedentes entre dos licenciaturas. La propuesta fusionó Diseño Industrial con Diseño de Modas.
Las alumnas participantes demostraron una visión de futuro al explorar la transformación de un residuo problemático en un biotextil funcional y valioso. Esta investigación se llevó a cabo desde el inicio del semestre.
Marcela Kristel López Ouzande, alumna del programa de Diseño de Modas, fue la mente detrás del desarrollo del biotextil de sargazo. Ella creó también un vestido con este material.
Colaboraron con ella las alumnas Isabella Bolaños Caballero, Dalia Sofía Valdez Martínez y Carolina Quintero Flores, todas del programa de Diseño Industrial. Ellas diseñaron una silla plegable.
El premio honra aquellos conceptos de diseño que no habían sido producidos o comercializados con anterioridad, ofreciendo una plataforma de gran visibilidad profesional. Este certamen celebra las propuestas más destacadas del diseño mexicano, enfocándose en la innovación, originalidad y un alto potencial de impacto en la industria y la sociedad.
SOLUCIÓN A PROBLEMA AMBIENTAL
Marcela Kristel López Ouzande, alumna de noveno semestre del programa de Diseño de Modas en la Universidad de Monterrey, desarrolló la investigación sobre el biotextil basado en sargazo y diseñó un look completo, con un vestido negro como pieza central.
La iniciativa nació de una tarea académica, pero se convirtió rápidamente en una búsqueda para abordar la crisis ambiental del sargazo. López Ouzande inició la investigación para transformar el alga marina en descomposición, que afecta las costas, en un material utilizable.
La necesidad de encontrar alternativas sostenibles y la familiaridad con el problema del sargazo en su natal Honduras motivaron su exploración. La estudiante comentó que el sargazo era “un material no deseado”, lo cual despertó su curiosidad sobre la posibilidad de darle un uso inédito.
El proyecto, denominado Herencia, culminó en un conjunto de dos piezas. Tras su fase individual, el desarrollo se expandió para Design Week Inédito, abriendo las puertas a una colaboración interdisciplinaria que demostró la versatilidad del material en aplicaciones de mueblería.
López Ouzande destacó que el desafío inicial fue lograr que el sargazo fuera apto para el consumo humano. Abordar la sanitización fue esencial, ya que el alga, al llegar a las playas, “está en descomposición, huele horrible, tiene ciertas bacterias, patógenos que son malos para la piel”.
Para la joven diseñadora, el elemento principal que distingue a su biotextil de otras alternativas sostenibles fue su origen.
“Yo considero que lo principal es el hecho de que está utilizando un material orgánico no deseado”, concluyó Marcela, refiriéndose a la revalorización de un desecho.
Con el otorgamiento de la distinción, la alumna expresó su profundo agradecimiento y emoción. La victoria la dejó muy feliz, pues el reconocimiento le mostró que “dentro de la industria del diseño se quiere reconocer lo que es: el desarrollo sustentable”.
López Ouzande mencionó que el acompañamiento institucional de la UDEM fue fundamental en el proceso. La estudiante subrayó el apoyo de sus profesores que la impulsaron, diciendo que su maestro, Edgar Morejón, le aconsejó: “averigua y hazlo, definitivamente”.
La meta final de la investigación es escalar el desarrollo, pues la diseñadora cree que encontrar más usos para este material acercará a la solución del problema ambiental.
López Ouzande envió un mensaje a otros estudiantes: “Si tienen una idea, literalmente, o sea, aunque suene loca al inicio... simplemente busquen la manera, investiguen”.
Dalia Sofía Valdez Martínez, alumna de noveno semestre del programa de Diseño Industrial, formó parte del equipo que diseñó la silla plegable de Herencia, con el apoyo de los profesores Juan Ignacio Piedras, de Diseño Industrial, y Alfredo Zertuche, de Diseño de Interiores.
El proyecto de la silla comenzó en una clase de mobiliario, donde Valdez Martínez y sus compañeras trabajaron en la conceptualización de una pieza inspirada en el norte de México. Tras ser seleccionadas, el proyecto se enriqueció con una visión multidisciplinaria para fusionar el diseño con el biomaterial creado por Marcela López Ouzande.
La futura diseñadora industrial subrayó que uno de los mayores retos fue asegurar la resistencia del biotextil para su aplicación en mobiliario. Explicó que se realizaron “varias pruebas de resistencia” para mejorar la fórmula, ya que el respaldo de la silla debía soportar al usuario.
Valdez Martínez describió cómo el trabajo en equipo, a pesar de ser interdisciplinario, fluyó de forma muy orgánica. El grupo requirió de “mucha comunicación con Marce”, la creadora del biotextil, para lograr que la silla y la prenda dialogaran como una “familia de productos”.
La estudiante enfatizó que la colaboración fue esencial, permitiendo el intercambio de conocimientos. Aprendieron sobre el ensamblaje, mientras que Marcela les enseñó desde cero sobre biomateriales, por lo que destacó que “cada carrera es esencial en el diseño de absolutamente todo”.
Al recibir el Premio Inédito, el equipo experimentó una gran satisfacción y sorpresa, pues fue un logro mayúsculo. Valdez Martínez manifestó que exponer en un evento nacional como este ya era importante, pero ganar el galardón fue un reconocimiento mayor que “nos enorgullece bastante”.
La visibilidad obtenida con el premio universitario abrió la puerta a futuras oportunidades de desarrollo profesional. La estudiante de Diseño Industrial comentó que el reconocimiento impulsó más proyectos sobre biomateriales e innovación, que son “preocupación por el medio ambiente y problemáticas que existen en México”.
Valdez Martínez agradeció el apoyo de la UDEM y la calidad de su infraestructura. La diseñadora señaló que “las instalaciones del Centro Roberto Garza Sada y de la UDEM sí facilitaron muchísimo todo el proceso”, especialmente el acceso a talleres equipados con herramientas profesionales.
Finalmente, la alumna extendió un mensaje a otros estudiantes, animándolos a creer en sus ideas y a salir de la zona de confort. Recomendó que no basta con ser talentoso, sino que es vital “saber cómo trabajar en equipo y de manera multidisciplinaria”, y nunca ignorar la investigación.
MATERIA PRIMA CON VALOR
Daniela Estrada explicó que el proyecto Herencia fue reconocido con el primer lugar, lo cual aseguró su exposición en el prestigioso Espacio CDMX.
Estrada agregó que la exhibición en ese espacio profesional conecta a las estudiantes con importantes diseñadores, curadores y actores clave del sector creativo del país.
Mónica Garza Chapa, asesora del proyecto, comentó que la base del trabajo fue el material de sargazo, el cual fue desarrollado en las asignaturas de Diseño Conceptual y Diseño de Moda Experimental.
Garza Chapa indicó que el proceso fue muy complejo, ya que utilizar el sargazo requirió tomar precauciones como la desinfección para poder trabajarlo de manera segura.
“Creemos que es un biomaterial que puede llegar muy lejos y crear un cambio muy positivo, tanto en la industria como en el planeta y en el impacto ambiental”, afirmó Garza Chapa.
El biomaterial se mostró muy versátil, útil no solo para indumentaria, sino también para piezas de diseño industrial, como el recubrimiento de la silla Herencia.
Edgar Morejón, profesor de Diseño de Modas, resaltó la característica ecológica del biotextil, ya que su durabilidad puede ser muy larga, pero es fácil de compostar.
“Si una vez queremos compostarlo, digamos, es bastante viable, ya que es solamente sumergirlo nuevamente en agua, dejarlo un tiempo y se vuelve a desintegrar”, explicó Morejón.
El profesor destacó que no se utilizó ningún ingrediente químico en el proceso de fabricación, lo que garantiza que la prenda y los productos sean completamente biodegradables.
La exploración con sargazo fue pionera en la universidad, siendo la alumna Marcela quien inició la investigación y el desarrollo, partiendo de un proceso bastante largo y complejo.
El equipo de Diseño Industrial creó una silla plegable hecha con madera de encino del noreste, con secciones recubiertas con el biotextil de sargazo, imitando un biocuero.
Daniela Estrada mencionó que la idea de participar surgió al ver el gran potencial en la investigación previa de Marcela, buscando convertir un problema en una solución de diseño.
“Queríamos explorar una solución desde el diseño que podía convertir un residuo problemático en una materia prima con valor, impulsando pues un modelo de economía circular”, destacó Estrada.
La directora también señaló que se enfrentaron a retos técnicos como la sanitización del sargazo para detener su descomposición y la eliminación de olores fuertes.
Otro desafío fue lograr una fórmula estable con aditivos que proporcionaran la flexibilidad, resistencia y durabilidad necesarias para el uso como biotextil funcional.
El proyecto es el tercer año que la UDEM recibe este reconocimiento, lo que refuerza el trabajo colectivo y la visión interdisciplinaria de la institución.
El equipo se encuentra en el proceso de patentar el biomaterial, buscando asegurar la propiedad intelectual de la fórmula mejorada y el proceso de creación del biotextil.
Ganar este premio nos da muchísimo, muchísimo orgullo, es una gran plataforma con mucha exposición y nivel para lo que es el diseño mexicano”, concluyó Daniela Estrada.
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