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Promueve metodología de liderazgo basado en virtudes

24 Oct.2023
Autor: UDEM
Créditos: Archivo UDEM
  • Alexandre Havard, fundador del Instituto de Liderazgo Virtuoso, ofreció la conferencia Liderazgo virtuoso, una agenda para crecer y hacer crecer de manera integral, dentro de la Cátedra de Fe, Liderazgo y Congruencia Profesional de la Universidad de Monterrey


Para Alexandre Havard, a cada líder le corresponde desarrollar una virtud específica, según su temperamento, pero además de crecer de forma integral, debe hacer crecer a las personas que lo rodean.

Así lo estableció el fundador del Instituto de Liderazgo Virtuoso, una comunidad de especialistas en diversos sectores a nivel internacional, quien ofreció la conferencia Liderazgo virtuoso, una agenda para crecer y hacer crecer de manera integral. 

La conferencia se desarrolló al mediodía de este lunes, en el Teatro UDEM, como parte de la Cátedra de Fe, Liderazgo y Congruencia Profesional de la Universidad de Monterrey.

El autor de los libros Del temperamento al carácter y Coaching con Juana de Arco explicó un sistema para el desarrollo de virtudes, que tiene la forma de una pirámide y que va de una Humildad Fundamental (“conocerse a sí mismo”) a una Humildad Fraterna (“servir a los otros”), transitando por una serie de virtudes, como la Prudencia, la Fortaleza, Dominio de Sí Mismo y Justicia.

Havard destacó que, para un cristiano, el liderazgo no es una opción, es una obligación: “el liderazgo no es una posición, no es una función, es un modo de ser”; y que cada ser humano tiene la obligación de crecer y hacer crecer a otros.

Haciendo crecer a las personas, tú haces crecer a una empresa, porque la creatividad viene de las personas que están dentro; no viene del dinero, ni de las máquinas; y si estas personas desarrollan las virtudes, se hacen muy creativas”, aseveró.

El escritor y conferencista se refirió a las virtudes de forma específica para cada persona e indicó que debe tomarse en cuenta que no todas las personas están desafiadas por las mismas virtudes, “porque cada uno de nosotros tiene un temperamento biológico, unas inclinaciones muy concretas”.

En su exposición, Havard describió a los cuatro tipos de temperamentos: el colérico, el melancólico, el sanguíneo y el flemático, pero aclaró que no es un sistema determinista.

“Puedes desarrollar virtudes que van a compensar las deficiencias de tu temperamento biológico”, sin embargo, “tú no eres un producto de una sociedad, no eres un producto de tu ambiente, tú eres libre”.

“Hay sistemas que creen que tú eres tu biología en interacción con la sociedad, pero no creen en la libertad humana; un cristiano no puede utilizar un sistema que es determinista-materialista, tú no eres tu biología”, advirtió.

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