Urgen a una transición climática justa para Monterrey

- El congreso Camino a la Sostenibilidad, en la Universidad de Monterrey, continuó con el panel Ciudad, cambio climático y crisis climática, el reto de la ciudad de Monterrey, en el que participaron Guadalupe Paredes, profesora de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías de la UDEM; Mariana Peña, egresada de la carrera de Ingeniería en Innovación Sustentable y Energía; y la activista Patricia Valdés
Guadalupe Paredes, profesora de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías de la Universidad de Monterrey, destacó la necesidad de una transición climática justa para la zona metropolitana de Monterrey. La experta enfatizó que esta transición debe priorizar la equidad y considerar a las comunidades más vulnerables.
La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores participó en el panel Ciudad, cambio climático y crisis climática, el reto de la ciudad de Monterrey, con la que abrió la cuarta jornada del congreso Camino a la Sostenibilidad, en la UDEM.
En el mismo coloquio, también participaron Mariana Peña, egresada de la carrera de Ingeniería en Innovación Sustentable y Energía, y Patricia Valdés, activista y madre de una niña de una escuela afectada por la contaminación, moderado por Juan Méndez, del Centro de Sostenibilidad de la UDEM.
El panel, que se desarrolla del 21 al 25 de abril, se realizó la mañana de este jueves, en salas de Aprendizaje Permanente del edificio Estoa, ante estudiantes de las diferentes carreras de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías de la UDEM.
Según Paredes, la “transición energética justa” implica transformar la forma en que se produce, distribuye y consume energía, asegurando que este proceso sea equitativo y tome en cuenta a las poblaciones con mayor vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.
“En qué consiste esa transición energética justa? Y esa es como que la palabra que debemos poner entre comillas, que es la forma de cómo producimos, cómo distribuimos y cómo consumimos esa energía, pero que sea equitativa, que sea justa, que tenga en cuenta a las comunidades vulnerables", puntualizó la profesora.
Paredes advirtió sobre la “desigualdad climática”, donde los impactos del cambio climático afectan de manera desproporcionada a diferentes grupos, tanto a nivel global como local, ya que Monterrey, a pesar de su potencial, enfrenta crisis climáticas y ambientales específicas.
“El tema de la calidad del aire es uno de los principales problemas que tenemos aquí en Nuevo León, el tema social, lamentablemente, la parte de desigualdad y de las oportunidades o de los privilegios que pueden tener las personas que vivimos en el área metropolitana es muy marcada”, señaló la académica de la UDEM.
La crisis hídrica reciente en Monterrey subraya la urgencia de trabajar considerando a todos los habitantes, sin privilegiar a ciertos sectores. La transición justa debe distribuir los beneficios de una energía limpia y asequible para toda la población.
“Entonces, la transición justa debe incluir, es necesaria, obviamente, es irreemplazable ya empezar a trabajar en este sentido y cómo podemos ir haciendo esta parte de transición justa”, afirmó Paredes, delineando puntos clave para avanzar.
De la misma forma, la descarbonización, un componente crucial, debe ser realista y paulatina, considerando las limitaciones tecnológicas y económicas. “Este concepto de descarbonizar no quiere decir que para el año 2030 vamos a ser un Estado con 100 % de energía renovable, eso es imposible”, aclaró.
Sin embargo, la participación social activa es fundamental, recordando que la responsabilidad no recae únicamente en el gobierno.
“No todo es culpa del gobierno y muchas veces pensamos así, sino también desde nuestras acciones”, instó Paredes.
En el ámbito del transporte limpio, si bien el gobierno tiene un papel crucial, la sociedad también debe asumir su responsabilidad.
“Sobre todo en tener aire limpio, es un derecho, pero también la obligación por parte de la sociedad en nuestras acciones juega un papel muy importante”, sostuvo.
Además, Paredes identificó diversas barreras en México que dificultan la transición, incluyendo factores políticos, económicos y la corrupción.
“Barreras en México podemos tener, no solo está la parte de política, económico y social para implementar esa transición o esa transición energética", concluyó.
En complemento a la visión de Paredes, Mariana Peña enfatizó la importancia del apoyo mutuo y la conciencia colectiva ante la crisis climática. Subrayó que la sensación de soledad puede exacerbar la ansiedad climática, por lo que es crucial reconocer la existencia de una red de personas preocupadas y dispuestas a actuar.
“Creo que lo más importante es voltear a la persona que tenemos al lado y saber que no estamos solas antes que nada”, afirmó Peña. Destacó que la colaboración entre científicos, comunidades, familias y amigos es un primer paso vital para abordar la problemática.
Por su parte, la activista Patricia Valdés ofreció un mensaje directo a la juventud, señalando que el futuro y la calidad de vida de las nuevas generaciones están intrínsecamente ligados a la acción climática presente. Instó a informarse y a dejar de lado la indiferencia.
“Ustedes están muy jóvenes, entonces es su futuro, su calidad de vida, es lo que viene para ustedes, es el mundo en el que quieren vivir”, expresó Valdés, apelando a la responsabilidad generacional.
Valdés enfatizó que incluso las acciones más pequeñas pueden generar un impacto significativo. Animó a las y los alumnos a conversar sobre el tema para crear conciencia y a participar activamente en la búsqueda de soluciones desde cualquier ámbito.
“Recuerden que un granito de arena puede hacer montañas de soluciones, entonces no ignoremos el problema y seamos parte de la solución”, concluyó la activista.
Durante la semana, se realizaron talleres, conferencias y paneles; además de una exposición del Mercado Kimakul, con mujeres emprendedoras del programa Kimakul de la UDEM; una rodada ciclista; un módulo para adopción de perritos y sesiones de yoga con perritos.
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