Edna Jackeline Vázquez
“En mi natal Monterrey, hace 15 años corrí mi primera carrera de ultradistancia 24 horas de Trote. Recuerdo mucho haber descubierto que el ser humano tiene la capacidad de enfrentar sus propios niveles en el aspecto físico y mental para poder controlar su propio dolor. ‘Auch... duele, recuerdo haberlo dicho…’ Desde entonces el amor y la disciplina por correr ultramaratones es una adaptación propia que es parte de mi estilo de vida”, comentó Edna Jackeline Vázquez (LRH'04).
Desde hace 15 años, nuestra ExaUDEM ha disfrutado y se ha deleitado de diversas experiencias maratónicas como: 50 km/31 millas, 80 km/50 millas, 100 km/62 millas, 24 horas de trote, 160 km/100 millas, triatlones/sprints, ironman/triatlón, bicicleta de montaña, ciclismo y sobre todo, haber tenido la gran experiencia de estar en eventos mundiales de ultra fondo.
“Después de estos años, me pregunté en 2012, una vez que había completado mis primeras 100 millas/160 km y ¿ahora qué sigue? Solamente lo pensé en mi mente y en mi corazón. Mientras los meses transcurrían, me inquietaba mucho poder pensar en nuevos retos, y un día vi Racing the Planet, donde me di cuenta que existían los desiertos más duros del mundo para correrlos en ultra fondo.... Transcurrieron los meses y antes de finalizar el año 2012 dije: ‘¡Atacama es mi propuesta, mi sueño y mi reto para el año 2013!’”, nos compartió Edna.
Realizó la aplicación a la carrera y sabía de antemano que tenía que cumplir muchos requisitos para la aceptación, y sin embargo se dijo: “Echale pa’ delante, Edna. Tú puedes”, y fue aceptada y aprobada.
Edna encontró su felicidad en los nuevos retos que se planteó en su vida: “Me gustan mucho los retos, los retos grandes donde yo pueda retarme a mí misma, donde el reto más grande para mí es el poder combinar la fuerza mental, el aspecto físico y al mismo tiempo con circunstancias extremas”, nos dijo.
La verdad es que con el tiempo he podido ver que en la medida en que estoy en mis carreras de ultra distancia, me entusiasma mucho ver cómo la fortaleza del ser humano es magníficamente ilimitada, porque me encanta empujarme hasta los más altos niveles de la competencia. El alcanzar mis metas es lo más gratificante y me llena de felicidad”.