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Aconseja hábitos de higiene para combatir la hepatitis

28 Jul.2019
Autor: UDEM
Créditos: archivo UDEM

El hábito extendido en una parte de la población en el país de no lavarse las manos, entre otras costumbres no higiénicas, ha mantenido con vida enfermedades virales, como la hepatitis tipo A, en contraste con países desarrollados, en los que esta afección ha sido erradicada por completo.

En opinión de Luis Antonio Sánchez López, profesor del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Monterrey, todas las enfermedades de transmisión por cultivos fecales se han perpetuado en México, lo que no pasa en países de primer mundo.

“Se sigue presentando en un número importante, quiere decir que las mismas formas de transmisión se han venido perpetuando desde el siglo pasado hasta nuestro tiempo (…), realmente, no ha cambiado para nada el punto de la prevención”, manifestó.

Próximo a la llegada del Día Mundial contra la Hepatitis, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se conmemora este domingo 28 de julio, la hepatitis se ubica como una de las causas principales de daño hepático en México.

La hepatitis más común es el tipo A −transmitido por heces fecales−, que ha mantenido una proporción de población afectada durante años del 79 %.  

En tanto que el tipo B registra un 3.3 % y el tipo C un 6 % −cuyas vías de transmisión son, especialmente, las jeringas reusadas por adictos y la práctica sexual sin protección−, contra 11 % de casos no identificados, de acuerdo con la OMS y el Instituto de Epidemiologia de México.  

Sin embargo, las instituciones de salud advierten que los tipos B y C están subdiagnosticados, esto es, podrían ser más, por lo que las cifras se consideran como estimaciones.

Los estados con más casos de hepatitis B y C son Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y Baja California, que suman un total de 70% de los casos en México.

En México, para 2018, el total de personas infectadas con hepatitis A, B y C fue de 1.7 millones de personas, de las cuales 107 mil son portadoras de cualquier tipo de hepatitis.

Cada año, en el país se registra entre 24 mil a 25 mil nuevos casos anuales de cualquier tipo de hepatitis.

A nivel mundial, se registran 390 millones de casos de hepatitis B y C, de los cuales, 240 millones pertenecen a hepatitis B y 150 millones a hepatitis C. A nivel mundial, fallecen 850 mil personas por estas dos infecciones.

El contagio de este tipo de bacterias –como el de la hepatitis tipo A– se debe a la falta de hábitos de higiene, como no lavarse las manos, además del uso extendido a nivel rural de excretar al aire libre o usar pozos o letrinas.

Según Sánchez López, en México sigue predominando la amibiasis en el medio rural, con enfermedades diarreicas, entre las que predomina la bacteria E coli (Escherichia coli), fiebre tifoidea, salmonela o shigella (diarrea y sangrado en las heces).

“La percepción es que, en prevención, no ha habido ningún cambio: somos exactamente igual de poco higiénicos que toda la vida; de hecho, ese ha sido nuestro talón de Aquiles siempre”, expresó.

El profesor de la UDEM señaló que la primera mitad del siglo pasado y hasta los años sesenta, la primera causa de mortalidad en niños menores de cinco años era una diarrea bacteriana, como la salmonela o la shigella, que son bacterias que se transmiten de la misma forma que la hepatitis A: por alimentos contaminados por heces fecales.

Agregó que hay una práctica del sistema de salud mexicano, que inició en los años 20 del siglo pasado y continúa usándose a la fecha, de aplicar en menores de edad la vacuna del sarampión en gotas.

“Aunque no protege, el virus pasa por el intestino del niño y el niño excreta las heces con un virus que produce menos enfermedad: la campaña ha funcionado, las solas gotitas han hecho que la enfermedad se controle”, comentó.

El infectólogo indicó que la hepatitis C crece en la frontera con Estados Unidos, mientras que la hepatitis A es prácticamente en todo México, acentuándose en el centro y en el sur, y la hepatitis B ha permanecido igual en todo el país.  

Sánchez López convocó a la población en riesgo a ser conscientes de sus hábitos, porque la mejor forma de evitar esa enfermedad es la prevención y la detección a tiempo, además de lavarse las manos y evitar comer o beber aguas preparadas de frutas o de sabores en la calle.

“Si la persona consume drogas o se inyecta, o tiene relaciones sexuales con más de una persona o que no usan condón, cada tres meses debería hacerse exámenes dirigidos a hepatitis B, hepatitis C y VIH, para diagnosticarlo lo más pronto posible”, advirtió.  

El especialista consideró que la persona en riesgo debe hacerse exámenes continuamente, cada tres o seis meses, en la unidad médica que le corresponda de las diferentes instituciones: Secretaría de Salud, IMSS o ISSSTE.

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