Los desafíos de la privacidad en la atención sanitaria digital
Créditos: archivo UDEM
La atención médica virtual ha revolucionado la accesibilidad y eficiencia de la atención sanitaria. Un claro ejemplo de esto es Amazon Clinic, un servicio innovador de atención médica en línea de bajo costo que permite la interacción directa entre pacientes y profesionales sanitarios. No obstante, este modelo de asistencia presenta un costo oculto: la privacidad del paciente.
Amazon Clinic, a través de su formulario legal, solicita a sus nuevos pacientes que acepten un acuerdo que, en lugar de ser el aviso estándar de consultorio médico de acuerdo con Health Insurance Portability and Accountability Act (HIPAA), otorga a Amazon el acceso al "archivo completo del paciente" y admite la posibilidad de que esta información "pueda ser revelada nuevamente", momento en el cual "ya no estará protegida por HIPAA".
En un escenario en el que los pacientes ingresan su información personal y los detalles de su condición de salud, surgen preguntas sobre cómo Amazon podría utilizar esta información, ya sea para vender otros servicios o dirigir elementos como marketing.
La Ley HIPAA, establecida en 1996, parece luchar por mantenerse al día con la recopilación digital de información de salud, lo que ha llevado a algunos estados, como Washington, a imponer límites a la recolección y venta de datos de salud por parte de las empresas tecnológicas.
Amazon Clinic es un claro ejemplo de cómo la atención médica está evolucionando y adaptándose a las nuevas tecnologías. Además, podría potencialmente mejorar la accesibilidad a la atención médica, especialmente para aquellos con dificultades para acceder a la atención médica tradicional. Sin embargo, estas ventajas no deben conseguirse a expensas de la confidencialidad y la seguridad de la información del paciente. Los pacientes tienen derecho a comprender completamente cómo se utilizarán sus datos y a consentir explícitamente su uso.
En última instancia, la responsabilidad de proteger la privacidad del paciente recae tanto en las empresas de tecnología, como en los reguladores de las mismas. Por lo tanto, es necesaria una actualización y trabajo en conjunto para asegurar que las leyes de privacidad y protección de datos se ajusten a las demandas de la actualidad.
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